De repente, el último verano

Mediados de abril. La primavera es una broma en Madrid y el calor llega por sorpresa como sí de repente, el último verano reapareciera para darnos un susto ¡madre mía! ¿Cómo es que la gente tiene tan a mano las chanclas? Yo apenas he podido encontrar mis bailarinas FitFlop entre la maraña de botas y botines de mi armario y en la calle los pies desnudos de los otros se ríen de mis pies vestidos, menos mal que no tengo tiempo para estas desdichas, otros asuntos de relevancia ocupan mi mente, a la Pantoja la han sacado del Museo de cera y a mi dejan de piedra. ¿El duque y la cantaora en el mismo sótano del mismo museo? Como dice la mitad de la Fundación Gomaespuma, Juan Luis Cano en el Face, ”El juez envía a prisión a Gao Ping por riesgo de fuga. Lo contrario que a Urdangarín, que se le manda fuera por riesgo de que se quede”.

Por norma, ignoro las noticias tristes relacionadas con niños así que paso de largo por las bombas de Boston y leo en Antena3 noticias.com, que con tanto mimo coordina Ángeles Mirón que en el Reino Unido acaban de aprobar un código para regular los horarios de trabajo de las modelos. La foto de Irina la tomo prestada de la web para encabezar estas letras porque ya anuncié que aquí hablaríamos de cosas bonitas, de esas mujeres que saben que más-guapa-que-tú no hay nadie, e Irina, (cuyo nombre lleva una de las protagonistas de mi novela Cuando menos te lo esperas) es asquerosamente guapa e ilustra esta noticia sobre las nuevas condiciones de trabajo de las modelos en Inglaterra que incluyen reivindicaciones como no trabajar más de diez horas al día, tener al menos un descanso para comer y que haya disponibilidad de alimentos y bebidas. Osea, que estas sí comen, no como las australianas, masticando pinchitos de papel a la hora de las comidas.

Y precisamente a la hora de comer pasó lo que pasó entre ellas y yo.

Prefiero un buen vestido a una buena joya, pero mi subconsciente ha traicionado a mi educación proletaria y me rindo a los encantos de las piezas asequibles de Yanes Young, el otro día conocí de primera mano-esa es mi mano- la nueva colección de la firma. El brazalete de plata y nácar cuesta 595€ y los anillos de plata en tres colores van de los 50€ a los 125€.

Y claro, si llevas en la mano algo así, ¿cómo no conjuntarlo con un bolso como este?

Este maxi-bolso y yo nos hemos conocido esta semana y estamos destinados a entendernos, pero habrá que esperar, pertenece a la colección otoño invierno 2013 de Kipling y tardará unos meses en llegar a las tiendas.

Lo que ya está aquí es la temporada librera. Me pongo ahora mismo ha preparar un especial libros y más libros, entusiasmada al ver a Laura, mi sobrina adolescente, con la cara pintada y pegada a una novela.

Esta pila de libros que crece y crece me viene acechando desde que hace casi ocho meses nació mi hija Cora, pero ahora que he puesto mi mente en Modo Primavera voy a celebrar el día del libro y las demás festividades literarias, leyendo. Que no solo de escribir, vive una escritora.